domingo, 22 de noviembre de 2009

Un día nos reuniremos

Un día nos reuniremos gran suma de minúsculas despiertas y conmovidas.

Entonces derribaremos las puertas del tiempo injusto.

Y no habrá nadie entre nosotros que llore por la causa de los ídolos mimosos
.

Nadie entre nosotros que nos delate con su canto de sirena a los señores de la infecundidad


porque habremos cerrado tanto nuestras filas que toda la ternura será nuestra
.

Entonces no habrá nadie entre nosotros con empacho divino.

Los curanderos se comerán sus yerbas y se ahorcarán con sus cintas de medir.

Nadie rebelará nuestro poder porque seremos todo el poder
.

No volveremos nuestros rostros cuando los niños nos sonrían

iremos de nuevo a la escuela con ellos.

Entonces no habrá entre nosotros ningún indeciso
.

Los reclutadores se quedarán sin sueños en el infierno


que les dejaremos por herencia
.

No nos sentaremos a medianoche en la cama a preguntarnos


¿sueño o estoy despierto?


Los mesías del valle no podrán ir a las montañas


porque ellas también serán libres
.

No dejaremos crecer las alas de ningún pichón de águila
.

Destetaremos los terneros mañosos
.

Un día nos reuniremos y romperemos todos los contratos de la providencia

siempre oportuna en desviar el agua y el aire de nosotros.

No habrá invitados especiales entre nosotros
.

Decidiremos el mundo entre todos
.


Tilo Wenner
*

* Poeta secuestrado, desaparecido y asesinado a manos de Patti y sus cómplices.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Invocaciones

Invoco a mis profundidades

a mis cielos sumergidos

a la humedad de mis ojos selectivos

a la certeza de mis manos finas.

Invoco a mis percepciones primarias

a mis silencios tímidos,

a mi forma afectiva de estar en el mundo.

Invoco a mis sueños más antiguos

aquellos sueños de otras que actualicé a mi estilo.

Invoco a mi mirada rigurosa de mujer

a mi modo de afirmarme mujer en el mundo.

Invoco al lenguaje intencionado de mis labios

a mi cuerpo y su lenguaje igual de intencionado.

Invoco a la energía de mujer que me sostiene

que me mantiene erguida, Mujer, donde me pare.

A mi lucidez, mi inteligencia clara y femenina.

A mi piel sensible, a mis pechos dignos, a mi espalda recta.

Invoco a cada rincón libre de mi cuerpo.

Invoco a mi dulzura y a mi violencia

a mi paz y a mis guerras

a mi alegría serena y mis angustias.

Invoco a lo que entrego al vincularme

aquello que acerca a mí.

Invoco a la mujer que ama, que vive, que desea

que se apasiona y se entrega.

A la mujer que soy y que hice

la invoco a florecerme otra vez, habitarme.

La invoco a ponerme en juego

ponerme en riesgo

ponerme

en el mundo

hasta que acabe.

abrir los ojos

Abrir los ojos para soñar. Soñar para estar despiertas.
Despertar para ver el mundo
más acá, mucho más acá

de la realidad.