jueves, 11 de noviembre de 2010

(acróstico) III

De repente ver el sol en la ventana
Encontrarse descubriendo la ruta al mediodía
Salir de los rincones, de los closets, de lo tibio
Para escribir la mejor parte de la historia.
Encendida se escapa de los hilos habituales
Rápido se va, el alma al horizonte
Tersa y joven a pesar del tiempo
Algunas veces temió y estuvo quieta
Rueda y se va, el alma al horizonte.

(acróstico) II

Volver a caminar las calles abiertas
Imaginar el mundo que sea
Vencer el temblor
Incandescente
Rodar, remontar el vuelo

Sabiendo que habrá tiempo de sobra
Imposible de perder
Necesario de gastar

Mientras el pasado se queda atrás
Inmóvil
Esperando un momento que nunca llega
Dudando, retrocediendo.
Oliendo a moscas. Aún en sus mejores épocas.

(acróstico) I

Horas nocturnas viajando en el tiempo
Aquí, el presente y mis dedos.
Bajan las sombras desde la garganta
Imanes adheridos a mi superficie
Trepan hasta los ojos y se zambullen.
Allá el pasado en una costilla.
Corriendo por el pecho el futuro inexacto
Iluso como esta niña que busca.
Otra-sombra-otra, el futuro,
No le dirigen la palabra los que lo nombran.

Afuera el techo cruje en la casa vacía.

Oídos que se abren cuando se cierra el día.
Sola y dispersa en un pensamiento náufrago
Canto una pequeña tonada de la noche
Uso los susurros de luz que me quedan
Respiro apenas
Amanezco desde lo profundo de mi vientre
Sabiendo que hay algo más detrás de esa puerta.

abrir los ojos

Abrir los ojos para soñar. Soñar para estar despiertas.
Despertar para ver el mundo
más acá, mucho más acá

de la realidad.