El mundo es un lugar en el que caben
por lo menos dos mundos bien distintos.
Yo vivo en un mundo subterráneo
de alternativas, pasadizos, recovecos.
A veces por las noches suena a llanto,
y se pone tibio, acuarela en la mañana.
Sólo a veces debo entrar al otro mundo
y retomar el número que me fue otorgado,
mi pauta, mis mandatos, mis deberes
mi Cédula Personal de Intrascendencia.
Por suerte al volver se articulan pronto
mis dedos a otras manos compañeras
mis sueños se completan, se desdoblan
se re-tejen en un sueño compartido.
¡Y cuánto me alegro de no irme mucho
de salir tan sólo lo imprescindible!
De que haya montones de caminos bajos
montones de luces descubriendo horizontes.
Cuánto me alegro de llevarme siempre
los bolsillos llenos de candor humano.
De regresar pronto a mi espacio reservado.
Mi mundo no es un mundo puritano
es lo que hay, y hay lo que somos.
Sin embargo huele puro, sabe puro
este mundo tan poco editado.
En el aire se conservan las ideas
que exhalan las personas al charlar.
Y aprovechamos siempre el viento norte
para construir, plantar o publicar.
Es un placer vivir en estas tierras
nombradas o ajenas, en lucha
sentir que rimo con pares e impares
y que somos más que un viento clandestino.
Noe Sánchez
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