martes, 28 de octubre de 2008

Registro de violadores. ¿Un avance?

10 razones en contra de la creación de un registro genético de violadores

La aprobación por parte del Senado de la provincia de Buenos Aires de un
registro provincial de violadores convocó a la reflexión del equipo de la
revista Baruyera, que abre un debate sobre cómo el feminismo pudo aportar,
sin quererlo, a las políticas neoconservadoras.

1. Porque la mayoría de los violadores son conocidos por las mujeres
violadas. Están dentro de sus hogares, escuelas, oficinas, clubes,
comisarías, parroquias, juzgados, vecindarios. Conocemos sus rostros porque
violan a cara descubierta. Y aun denunciándolos a cara descubierta prevalece
la indulgencia, la sospecha hacia las víctimas y la impunidad.

2. Porque debilita la credibilidad de las mujeres: asume que la prueba
material (el dato genético) es imprescindible/necesario/determinante para
hacer valer nuestro derecho a la integridad.

3. Porque no tenemos esperanzas de que los curas o los violadores de
prostitutas y travestis estén en el registro. Tampoco nos ilusionamos con
que el registro considere violadores a los varones que fuerzan a sus
legítimas esposas dentro de una relación matrimonial.

4. Porque alimenta el mito del violador serial y crea un nuevo sujeto: el
"violador de baldío". No promueve cambios sociales, simbólicos ni políticos
para reducir la violencia sexual.

5. Porque confiere poder a la policía y no garantiza que los violadores
vayan a la cárcel. Al incluir delitos contra la libertad (secuestros) y
registrar datos genéticos de "todas las investigaciones penales", se devela
el verdadero deseo que impulsa la ley y que ésta disfraza con argumentos de
"protección a la mujer". Intuimos que seremos la excusa para criminalizar a
los sujetos vulnerables de siempre.

6. Porque si consideran que es un delito tan grave, promoverían cambios en
las condiciones que hacen posible una violación. Los violadores son varones
que se exceden en el ejercicio de poder que el patriarcado pornocapitalista
les otorga; poder que ningún juez, periodista, policía, cura o padre de
familia cuestiona.

7. Porque la sociedad educa a los niños para que sean violadores y a las
niñas para que sean violables, y después los culpabiliza apelando a la
responsabilidad individual.

8. Porque penaliza a las personas y no a las acciones, y esto es
inconstitucional. Al etiquetar a alguien de por vida se le quita la
posibilidad de modificar sus conductas.

9. Porque supone que la sobreviviente de una violación no puede jamás
reponerse del trauma, con lo cual sería justo marcar al violador de la misma
manera, de por vida. Pero la violación no es un estigma, ni para la víctima
ni para el violador. Es un abuso de poder de los más violentos que puedan
imaginarse, y uno de los pocos que están penados por ley.

10. Porque nunca fue un objetivo feminista tener un registro de este tipo.

* La construcción de este artículo no hubiera sido posible sin la
colaboración invalorable de las personas que forman el Colectivo para la
Diversidad, que transformaron nuestras intuiciones políticas en argumentos
más o menos jurídicos.

* La revista Baruyera, una tromba lesbiana feminista, puede adquirirse en la
Librería de las Mujeres (Hipólito Yrigoyen 1536) o en Librería La Mancha
(Corrientes 1888). Otros puntos de venta se pueden consultar en:
baruyoaldia.blogspot.com

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