Morderse los labios como una defensa
como intentando recuperar la calma
como contando el aire que respiro
como esperando
morderse los labios de una vez
y para siempre
mirando por los agujeros
ultrajados y tibios
evadirse por esas grietas
escaparse como si fueran túneles.
Tomar el riesgo de quedar al descubierto
de oxidarse las raices
de resecarse la savia con razón
o cobardía
con la intención de dar el primer paso
para cambiar de piel o de vida
o por lo menos de color.
Huirse.
Quizá las palabras suenen más limpias
salgan más desnudas
quizá puedan asi, a vista de todos
convertir en abono los pesos
y en verdor los desafíos,
renovar los besos.
Hasta que no me quede boca por morder
y no me quede frío.
1 comentario:
Mis manos se endurecen
Mis manos se endurecen.
Se traban las articulaciones.
Los dedos crujen y se doblan. Se entumecen.
Como reptil agasapado, voy transformando mi cuerpo.
La mirada sospecha y la risa es nostalgia.
Seco el pecho y limpias las manos.
Blancos los pies de tanto cuero lustrado.
Aliento ácido color café. café burócrata.
el pelo no quiere dejarse atar, y el cuello no precisa amistades nuevas de color pastel.
la barba surge raviosa, desafiante.
dos rayitas al lado de los ojos. huellas del tiempo.
tiempo pasado, no perdido.
tiempo y espacio. verde espacio.
gente llenando ese espacio.
sonidos, imagenes en color sepia pasan por mi frente.
una sonrisa me sorprende en el espejo. la mirada sigue brillando.
los ojos encuentran luz.
el cuerpo tiene memoria.
conoce ese brillo
conoce esa sensación
ama
palpita
late el corazón rebelde debajo de tanto blanco ala
me siento vivo
no me dejes traicionarme.
Recibí en mi correo esta respuesta de Sergio a este poema ni bien fue publicado. Hoy recibí la autorización de compartirlo.
Me encanta, me encanta ese corazón tuyo.
Gracias nene. :-)
pucha, qué ternura! no puedo terminar el comentario!
y en fin, vos sabes que con mi propia rebeldía hago ruido cuando puedo, para ayudar a mantenernos despiertos...
un abrazo
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