miércoles, 30 de abril de 2008

A los trabajadores

Se bajó del carro muy entrada la noche, después de tirar los restos de papel y basura que había cargado junto a los cartones, sin pensar dio agua al caballo y entró al ranchito. Sacó las monedas del bolsillo y se quedó mirándolas, volvió a contarlas: un peso con ochenta, -mañana compro arroz- pensó. Otra vez iba a cenar mate cocido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias Noe por tratar de "desanestesiarnos", nos cuesta mucho, eso está claro, pero con tus palabras nos haces entrar un poco en razón...me pregunto que dirán los demas anestesiados cuando leen tus reflexiones...digan algo gilunes!

Anónimo dijo...

Leyendo este parrafo con Sigur Ros de fondo, estoy recontra desanesteciado

abrir los ojos

Abrir los ojos para soñar. Soñar para estar despiertas.
Despertar para ver el mundo
más acá, mucho más acá

de la realidad.