Tal vez mañana
los poetas pregunten
por qué no celebramos
la gracia de las muchachas;
Quizá mañana
los poetas pregunten
por qué nuestros poemas
eran largas avenidas
por donde venía la ardiente cólera.
Yo respondo:
por todas partes se oía llanto,
por todas partes nos cercaba
un muro de olas negras.
Iba a ser la poesía
una solitaria columna de rocio?
Tenía que ser un relampago perpetuo.
Yo os digo:
mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire
el pan con envidia,
el trigo no podra dormir;
mientras los mendigos
lloren de frio en la noche,
mi corazón no sonreirá.
Matad la tristeza, poetas.
Matemos a la tristeza con un palo.
Hay cosas mas altas
que llorar el amor de tardes perdidas:
el rumor de un pueblo que despierta,
eso es más bello que el rocío.
El metal resplandeciente de su cólera,
eso es mas bello que la luna.
Un hombre verdaderamente libre,
eso es mas bello que el diamante.
Porque el hombre ha despertado,
y el fuego ha huido de su carcel de ceniza
para quemar el mundo donde estuvo la tristeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario