(Llegará el tiempo en que los puentes
serán tan fuertes
que no habrá manera de vencernos)
...Cada uno se iba ubicando
en un lugar personal
/como siguiendo las reglas
como si aquél fuera un enorme rompecabezas
de algún dios trasnochado.
Quedaban espacios vacíos. Sí
pero la sensación de unidad
entibiaba el pecho y las manos
iba tejiendo a su tiempo
una enredadera de humanidades
(florecida y radiante)
que comenzó a cubrir-despacito el poblado
y fueron más y más,
y otros dos, y otros…
tomando su posición y la palabra
y se enraizaron
y mucho mucho crecieron
hasta que la comunidad se hizo profunda y tibia
y no hubo ya riesgo de disiparse
/de ahogarse o desaparecer
y todo el que volvía, o nacía en aquél lugar
era afortunado.
Y no hubo
/más dolor
/por fin un día.
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