Decidí publicar esto a partir de una foto que encontré por ahí y quise compartirla: salió publicada en un artículo de Selecciones del Reader Digest, referido a la historia de unas mellizas que al nacer estuvieron en sus respectivas incubadoras, pero una de ellas no tenía esperanza de vida. Entonces a la jefa de enfermeras de ese hospital se le ocurrió y luchó contra las reglas hospitalarias para que estuvieran juntas. Cuando estuvieron juntas, la bebé que estaba muy bien abrazó a la otra, regulando con el calor de su cuerpo la temperatura y el pulso, fue así que logró estabilizar el ritmo cardíaco de su hermanita.

Abrazarse produce una sensación de bienestar que puede reducir la presión arterial, la ansiedad, el estrés, la depresión y liberar endorfinas. También favorece el buen desarrollo de la inteligencia en los niños, a superar los miedos y es un factor anti-envejecimiento. (Más)
No está mal, cierto?
1 comentario:
Y hacer cucharita ni te cuento...
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