El espacio por todos lados
tan amplio para caminarlo
tan hondo para vivirlo
imposible ocuparlo.
Dando los pasos más cortos
de lo que pueden mis piernas.
Los pasos, pequeños
se indignan de sí mismos.
Con un ojo adentro y uno afuera.
El de adentro pregunta un poco
y trata de salirse.
El de afuera, por temor
se mantiene cerca.
Ni aún las manos, tan fieles
tan honestas con el querer profundo
se muestran conformes
una alcanza aquella cosa, la otra sufre.
En fin, aquí, en esta hoja
lo que soy es un bichito
que sobrevive.
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