las veo y me enamoro del viento que las envuelve
de la fuerza con la que deciden la dirección de sus vidas.
Me dispongo a volar el fin de semana.
Voy a dejar todo
la biblioteca doblada y planchada
la mesa regalada con pizzas y carcajadas
fuentones repletos de colores tibios.
Quiero dejarlo todo
el buzo y el pantalón
los aros y los corpiños que me olvido de usar.
Desnudarme de principio a fin
desnudarme desde que nací
y volar en el solsticio de invierno
volar en el nuevo ciclo
volar desde adentro
hacia el corazón de los abrazos
hacia el inicio constante del amor.
Ahí descansan, flotando en el aire celeste
de sus mudanzas
de sus miedos
de sus rutinas esclavizantes
mis hermanas pájaras
y tengo el placer
la ilusión hermosa
la alegría eterna
de verlas desde mi propio camino de cielo y aire
hasta donde el viento nos junte.
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