A partir de hoy camino esta ciudad de paso. La sensación de hogar sigue estando vinculada a las cosas. Cosas útiles, libros, apuntes, materiales para dibujar. Cuadernos donde escribí, fotos. Las cosas necesarias para hacer lo que una hace y vivir como una vive, y las cosas que hablan del camino que una viene recorriendo.
Prefiero estar de paso.
Aprender a dejar atrás lo que queda atrás, aprender a soltar, alivianar la mochila, aprender a volar.
La lección de dejar atrás lo que queda atrás es intensa este mes, parece que no tendré otra chance que aprenderla. Y ahí ya lo importante no son las cosas sino los vínculos que van quedando atrás, los que será más costoso aprender a soltar. No sé si lo mío es una vocación de amor eterno, que me resisto a dejar de amar a las personas, o es un vicio de posesividad. Alerta riesgo de que sea lo último.
Sólo convivo con quienes convivo, hoy. A veces yo también les ruego a algunas personas que me alejen de sus caminos. Y entiendo sus esfuerzos e insistencias porque yo también creo en construir los encuentros en vez de esperar al azar o al destino.
Sólo convivo con quienes hoy convivo.
Yo también insistí alguna vez que me dijeron que no, la primera vez me demoré años en dejar de insistir, creo que recién ahora estoy dejando de esperar que alguna vez me diga que sí un chico que se negó cuando yo era apenas una niña. Y cuando digo que se negó, no fue a una acción particular, se negó a cualquier cosa que pudiera pasar, charlar en una esquina, acompañarnos a un lugar, contarnos algo, reirnos, cuidarnos, querernos..
La última vez que insistí fue hace muy poco. En estos días lo estuve evitando y el esfuerzo ha sido importante. Sin haber hecho este repaso, ayer, no hubiera dicho que esto es algo que yo era capaz de hacer. Será que siempre condiciono mi autopercepción a lo que desearía ser.
Así, habiendo hecho este acto liberador, despedir a las cosas y la voluntad de soltar en mi a tal o cual, fui a la presentación del último disco de Inti Huayra: una hermosura. Me traje el disco y el espíritu lleno de haber recibido todo lo que tenían para ofrecernos.
Convivo con quienes convivo, suelto a unos y antes de tomar conciencia del todo, otros ya se apresuran a llenar los espacios de belleza, de dedicación, de gestos de amor, de creaciones y deseos de hermanarse a través de ellas.
Con lo que ya caminé hasta acá, con lo que ya aprendí, con lo que amé, con las personas con las que convivo, la sensación de plenitud es preciosa. Creía que dejar atrás algunos vínculos me generaría vacío, pero sólo me resuelve problemas.
Menstruando la vida adquiere mucha profundidad.
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